Lo ridículo es que hay unos cristales que suelen poner en la puerta del salón que tienen la misma apariencia. Pero nunca cambian y no desaparecen con el calor (y menos mal). Ya ves, que a nosotros, que conocemos bien estos "caprichos", todo nos parece ridículo. :)
Amigo Bernier, estas fotos "mirada última bajo el alud" son inquietantes pero sin duda muy bellas. También te llevo dentro cada vez que el viento se -aquieta- o en todas las curvas de viaje -cola de gato-. Un abrazo enorme
3 comentarios:
Lo ridículo es que hay unos cristales que suelen poner en la puerta del salón que tienen la misma apariencia. Pero nunca cambian y no desaparecen con el calor (y menos mal). Ya ves, que a nosotros, que conocemos bien estos "caprichos", todo nos parece ridículo.
:)
Pues llevas razón, lectora... Yo es que soy nuevo :-)
Amigo Bernier, estas fotos "mirada última bajo el alud" son inquietantes pero sin duda muy bellas. También te llevo dentro cada vez que el viento se -aquieta- o en todas las curvas de viaje -cola de gato-. Un abrazo enorme
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