A todos los convalecientes de la peste inofensiva del realismo ingenuo yo les aconsejaría la siguiente manera de contemplar la pintura:
Nunca, por nada del mundo, entrar como quien entra en una capilla. No se queden boquiabiertos, no se extasíen, no se peguen a los cuadros...
Con paso rápido, como quien camina por una avenida: ¡de cabo a rabo!
Hiendan las grandes olas de temperatura en el espacio de la pintura al óleo.
Tranquilamente, sin prisas -como los niños tártaros cuando bañan sus cabellos en Alushta-, sumerjan el ojo en ese medio material nuevo para él, y recuerden que el ojo es un animal noble. Pero tozudo. (...)
El ojo -un animal que posee acústica, que intensifica el valor de la imagen, que multiplica sus éxitos por las ofensas sensitivas, ofensas que cuida y mima- eleva la obra hasta su nivel por medio de delicadísimas reacciones químicas, porque la pintura es en gran medida un fenómeno de secreción interna, más que de apercepción, es decir, más que de reconocimiento externo.
Nunca, por nada del mundo, entrar como quien entra en una capilla. No se queden boquiabiertos, no se extasíen, no se peguen a los cuadros...
Con paso rápido, como quien camina por una avenida: ¡de cabo a rabo!
Hiendan las grandes olas de temperatura en el espacio de la pintura al óleo.
Tranquilamente, sin prisas -como los niños tártaros cuando bañan sus cabellos en Alushta-, sumerjan el ojo en ese medio material nuevo para él, y recuerden que el ojo es un animal noble. Pero tozudo. (...)
El ojo -un animal que posee acústica, que intensifica el valor de la imagen, que multiplica sus éxitos por las ofensas sensitivas, ofensas que cuida y mima- eleva la obra hasta su nivel por medio de delicadísimas reacciones químicas, porque la pintura es en gran medida un fenómeno de secreción interna, más que de apercepción, es decir, más que de reconocimiento externo.
Fragmento de Armenia en prosa y verso de Ósip Mandelstam (edición introducción y notas de Helena Vidal, introducción de Gueorgui Kubatián; Acantalido, Barcelona, 2011)
4 comentarios:
Me gustan especialmente "La filosofía y dos gorriones", "Young adults against suicide", "Persianas acústicas celestes", "Árboles con tronco pintado de blanco", "Armonía para escalinata mecánica" y "Emancipación de la partitura". Me parece que con esos poemas te has lucido.
Los últimos cuatro poemas me parecen algo flojos, después de lo leído. El primero, "Área de sol", no me gusta. Luego lo arreglas con unos poemas que, sin ser de lo mejor, tienen algunos versos que me han gustado mucho (el final de "Anisa", el punto 1 de "Un relato pictórico casual", la densa sencillez de "Un profesor joven", "The life pursuit" o "La idea"). "Familia ciclista", definitivamente, creo que es prescindible.
Y creo que no me dejo nada.
Esto todo lo digo como lector, nunca como crítico, aunque a veces ambas cosas se confundan.
Un abrazo!
Muchísimas gracias, Juan, por tu comentario. Me ayuda a ver mi libro con algo de distancia, a través de tus ojos, que me parecen muy capacitados a juzgar por tus poemas.
¡Abrazo!
¡Éste me lo pillo ya mismo! El libro sobre Dante es genial también.
He cenado con Carlos y María Jesús y nos hemos acordado abondo de ti, que para ser tres fulminados nos faltaba uno.
abrazote
Es un prosista fabuloso.
Me habría encantado estar allí con vosotros. Apenas pude ver a Carlos 15 minutos y en la librería.
¡Abrazo!
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