UN VIAJE SOLEMNE A LAS RAICES FAMILIARES
Las montañas
de la aldea de mi abuelo
me odian.
Me inhalan con recelo
como un adolescente que intentara fumar.
El pueblo,
un hongo de madera creciendo en la ladera,
me mira con ventanas entreabiertas.
Visité una cueva famosa,
un pequeño gesto de cortesía
hacia los atractivos locales.
En sus intestinos rugían molinos de agua.
La tierra estaba viva.
No dejé ningun rastro.
Las montañas
de la aldea de mi abuelo
me odian.
Me inhalan con recelo
como un adolescente que intentara fumar.
El pueblo,
un hongo de madera creciendo en la ladera,
me mira con ventanas entreabiertas.
Visité una cueva famosa,
un pequeño gesto de cortesía
hacia los atractivos locales.
En sus intestinos rugían molinos de agua.
La tierra estaba viva.
No dejé ningun rastro.
Poema de Kristin Dimitrova (Sofía, Bulgaria, 1963), traducido del búlgaro por J. A. Bernier
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