viernes, 28 de diciembre de 2012
domingo, 11 de noviembre de 2012
Ley métrica de Barcelona
CUBETA
Solo turnos de luz.
Tu mirada bailando con mi cuerpo
sobre un suelo adherente
de envoltorios y vidrios.
La música encharcada,
una medusa
vista
a través de unas
gafas de bucear.
a) El aire comprimido.
b) Una pala de plástico.
Poema de Jorge Díaz Martínez, del libro Trasbordo. Poemas del metro de Barcelona (La Garúa libros, Barcelona, 2012).
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lunes, 29 de octubre de 2012
Pensar en clave poética
El domingo pasado se publicó esta entrevista en el diario argentino Perfil. Ya no vivo en Bulgaria, como se afirma (aunque intelectualmente siga allí), sino en Córdoba, y la foto no es muy actual, pero igualmente quedo muy agradecido a la periodista Malena Sánchez-Moccero. Al releerla he sentido nostalgia tanto de Bulgaria, donde he pasado los cuatro últimos años, como de Argentina, donde presentamos con Abraham Gragera y Juan Carlos reche, en abril del curso pasado, la antología de nueva poesía española Para los años diez (Montevideo, HUM, 2011).
miércoles, 3 de octubre de 2012
Una verdad
Álvaro Varverde escribe en profundidad sobre Giorgio Caproni, a propósito de nuestra antología Poesía escogida (aquí).
jueves, 20 de septiembre de 2012
Vida hablada
IDIOMA
Rehúyes el énfasis,
bajas la voz,
te acercas.
Sólo quieres
que el viejo metal
suene como encantado.
Poema de Rafael Cadenas, del libro Sobre abierto (Valencia, Pre-textos, 2012)
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martes, 18 de septiembre de 2012
Cuchillo casi flor
RETAMA
Dentro de mí
qué oscuridad
de mí; afuera
qué claridad de sí de la retama ardiendo.
Poema de Luis Feria, del libro Cuchillo casi flor (Valencia, Pre-textos, 1989)
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viernes, 14 de septiembre de 2012
Un rezagado ave
Presencia y voz rompieron la bandada
recién llegada de
el mundo sin invierno.
Un rezagado ave
indeciso gritó: reconocí ("¡Esperadme!")
mi propia voz.
No otra primavera
comiendo grano solo sin dirección alguna.
Poema de Aníbal Núñez, del libro Primavera soluble (Valencia, Pre-textos, 2012; palabras preliminares de José Ángel Valente)
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miércoles, 12 de septiembre de 2012
Giorgio Caproni en El País
Giorgio Caproni y Pier Paolo Pasolini
"Un maestro de escuela. Eso fue Giorgio Caproni
(1912-1990), uno de los poetas italianos más destacados del siglo XX,
cuya poesía embellece con los años, y que se puede apreciar en el
reciente volumen Poesía escogida (Pre-Textos). Caproni pertenece a la llamada generación "de en medio",
junto a Attilio Bertolucci, Vittorio Sereni y Mario Luzi. Sus poemas son
breves o medianos en los que la claridad de la intención, el
pensamiento y la imagen forman un todo en suspensión relatado que invita
al lector a continuarlo. Porque los versos del poeta encadenan una
historia que todos vemos o reconocemos. Italo Calvino decía: "Las dotes
que siempre me han atraído de él: maestría en la versificación,
afabilidad comunicativa, y un particular suspense entre lírica y
relato".
Otra mirada señala: "Se ha dicho de Caproni que es un deconstructor, y
que su percepción del mundo está basada en la yuxtaposición de
fenómenos que el sujeto no sabe ni quiere sintetizar". Esto es lo que
escribe Juan Carlos Reche, encargado de la edición y uno de los
traductores del libro junto a Juan Antonio Bernier. Nada de hermetismo.
Todo transparencia y profundidad con sencillez" (sigue leyendo aquí)
Giorgio Caproni, Poesía escogida (Valencia, Pre-textos, 2012; edición de Juan Carlos Reche, traducción de Juan Carlos Reche y Juan Antonio Bernier)
domingo, 9 de septiembre de 2012
Cierto excedente de la mirada
Erika Martínez escribe sobre Árboles con tronco pintado de blanco en la Revista Mercurio:
"Quienes leímos el brillante Así procede el pájaro (Pre-Textos, 2004) lo esperábamos. Árboles con tronco pintado de blanco,
de Juan Antonio Bernier, es uno de esos poemarios cuyos versos llenan
la página. No de tinta, sino de sonidos. Sonidos espesos, ocultos bajo
una engañosa parquedad, que se expanden y retumban, como la voz en el
interior de una habitación vacía. Árboles
es un libro de cadencia diáfana y lectura hermética. Sus poemas
difuminan las fronteras entre lo físico y lo espiritual, crecen donde la
realidad se vuelve intangible, pero aún brilla, huele y nos sopla en la
nuca: “Al volver a sentarme, / he perdido una idea. / Pero no su
rastro”. Aislados, expuestos al primer plano antinaturalista de Bernier,
los objetos adquieren un aura fantástica. No hay en sus versos una
subjetividad contenida, sino más bien proyectada: yo es fuera. Una
contemplación intensa vacía al hombre y traspasa su humanidad al
paisaje: “El aire disimula al sentirse observado”. Los objetos cobran
una cualidad magnética, apoderándose de cierto excedente de la mirada" (para seguir leyendo, aquí o aquí).
miércoles, 5 de septiembre de 2012
"La sal del mundo: el sol"
Desde hoy se encuentra disponible un libro del que me siento particularmente orgulloso: la antología que Juan Carlos Reche y yo hemos traducido de la obra poética de Giorgio Caproni (Livorno, 1912 - Roma, 1990). Italo Calvino admiraba de él su maestría en la versificación, su afabilidad comunicativa y el suspense que se produce en sus poemas entre relato y lírica. Pier Paolo Pasolini, uno de sus más célebres discípulos, señaló que "su impresionismo deviene expresionismo". Personalmente, siento una extraordinaria afinidad con un poeta que, a través de una obra dilatada y diversa, logra una singularísima aleación de tradición y modernidad. Ojalá que esta sea una afinidad compartida por muchos.
RECUERDO
Recuerdo una iglesia antigua,
perdida,
a la hora en que el aire se anaranja
y la voz se nos quiebra
bajo los arcos del cielo.
Estabas cansada,
y nos sentamos en un escalón
como dos mendigos.
Sin embargo, la sangre hervía
maravillada al ver
cada pájaro en el cielo
convertirse en estrella.
Poesía escogida de Giorgio Caproni (Valencia, Pre-textos, 2012; edición de Juan Carlos Reche, traducción de Juan Carlos Reche y Juan Antonio Bernier)
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lunes, 3 de septiembre de 2012
La apuesta textual
Juan Carlos Abril escribe sobre Árboles con tronco pintado de blanco en El genio maligno:
"Árboles con tronco pintado de blanco, de Juan Antonio Bernier
(Córdoba, 1976, pero radicado desde hace años en Bulgaria), ha sido uno
de los libros más importantes del año pasado. Su anterior entrega, con
la que se consagró ante los lectores y la crítica, consiguiendo además
el premio «Ojo crítico» de Radio Nacional en 2005, fue Así procede el pájaro,
también publicado, al igual que el libro que aquí reseñamos, en la
editorial valenciana Pre-Textos. Si bien se puede constatar una madurez y
un proceso de decantación estilística mucho más depurado, ya en Así procede el pájaro
se apreciaban algunas de las constantes de esta nueva entrega, como
serían la brevedad, el minimalismo, la concisión, el apunte y el
detalle, en busca siempre de la precisión del fragmento, de ese
fragmento que pretende —que intenta— explicar el todo..." (continúa aquí)
lunes, 23 de julio de 2012
Bulgaria: un país en relatos
Miroslav Penkov (Gábrovo, 1982) es un joven escritor búlgaro que ha logrado triunfar en Estados Unidos con su primer libro, East of the West: A Country in Stories. Al este de Occidente es un libro de relatos escritos en inglés que no desprecia ninguno de los aspectos fundamentales que han conformado la sensibilidad búlgara contemporánea: la cuestión macedonia, el yugo turco, las guerras balcánicas, el periodo socialista, la transición democrática, las crisis económicas, la emigración... Un volumen altamente recomendable para aquellos que quieran saber más sobre Bulgaria, y un autor a tener muy en cuenta.
Miroslav Penkov, Al este de Occidente (traducción de Daniel Rodríguez Gascón; Barcelona, Seix Barral, 2012)
sábado, 30 de junio de 2012
Semejante disposición ante la desgracia
Llegué al lugar donde se encontraba el asno la noche anterior. Miré y no pude dar crédito a mis ojos: estaba ahí de nuevo. Completamente solo. Lo observé detenidamente, imposible no reconocerlo, era él sin duda. Su dueño, muy cerca, conversaba apaciblemente con un par de personas. Todavía no se había formado ningún corro a su alrededor. Los músicos no estaban, la representación aún no había comenzado. El burro estaba allí al igual que la noche anterior. El pellejo parecía, bajo un sol radiante, aún más raído que por la noche. Lo encontré más miserable, más famélico y más viejo todavía.
De súbito, sentí alguien a mis espaldas y es cuché unas palabras fuertes, pero que no comprendía, dichas al oído. Me di la vuelta y perdí por un instante de vista al animal. (...) Me volví de nuevo hacia el asno.
No se había movido de su sitio, pero sin embargo no era ya el mismo pollino. De entre sus patas traseras, sesgado, colgaba de pronto un miembro descomunal. Parecía más duro que el garrote con el que se la había amenazado la noche anterior. En el breve intervalo en el que me diera la vuelta, se había operado en el una prodigiosa transformación. No sabía lo que hubiera podido ver, oír u olfatear. Tampoco lo que le habría pasado por su cabeza. Con todo, esa miserable, vieja y débil criatura, ahora a punto de reventar, que sólo servía para diálogos insensatos; a la que se trataba peor que a un asno de Marrakesh, cuya exigua existencia era menor que nada; sin carnes, sin fuerza, prácticamente sin pellejo, aún poseía tanto deseo en su interior para que su mera estampa me liberase del efecto de su miseria. Pienso con frecuencia en él. Y me repito a mí mismo cuánto quedaba de él cuando yo ya no veía nada. Deseo para todod ser atormentado semejante disposición en la desgracia.
Fragmento de Las voces de Marrakesh, de Elias Canetti (Valencia, Pre-textos, 2002; traducción y prólogo de José Francisco Yvars).
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domingo, 17 de junio de 2012
Más sobre la tiranía
A diferencia de lo ocurrido en campos como la poesía, el teatro, la oratoria, la filosofía, la escultura o la arquitectura, en los que los modelos antiguos respectivos han ejercido una influencia constante, y en muchos momentos una auténtica tiranía sobre el Occidente cultivado, hay que tener presente la casi total libertad de la que ha disfrutado nuestra tradición musical en lo que se refiere a la dependencia de modelos griegos o romanos. (...) La llamada música "clásica" es, en este sentido, mucho menos clásica que nuestro teatro del Siglo de Oro o que nuestra arquitectura dieciochesca. ¿Podemos imaginar siquiera qué hubiera sido de la música cristiana de época carolingia o de la música profana del Renacimiento europeo si los creadores hubieran tenido a su disposición una gran obra musical antigua, considerada modélica, algo, digamos, comparable en su campo a las Odas de Horacio o los Diálogos de Platón, al Panteón o al Apolo de Belvedere?
Fragmento de La música de los clásicos. Versiones de la poesía antigua, de la Edad Media al Renacimiento tardío, de Javier Bergua Cavero (Valencia, Pre-textos, 2012).
Nota. Esta entrada dialoga con esta otra de Froy.
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viernes, 15 de junio de 2012
She is my man
MOT
Je ne suis pas une femme
Yo no estoy enferma
Je suis désolé
Yo soy de sol
La faim
La hembra
Est sombre
Es hombre
Poema de Eba Reiro (Ourense, 1990), de la antología Tenían veinte años y estaban locos (edición de Luna Miguel; Córdoba, La Bella Varsovia, 2011).
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martes, 12 de junio de 2012
El oponente verbal
No existe una forma de ser. Mi forma de ser. Lo único que existe es una reacción de ser. Los demás provocan esa reacción y ya no hay vuelta atrás. En mi trabajo, yo era abnegado, gris, arisco. Lo era con mis jefes, pero con mis itinerantes subordinados, no. Con ellos era cínico, hasta divertido, seguro de mí mismo. Leyendo mis diarios, me daba cuenta de que no lograrían el plácet de ningún lector de novelas. El personaje no era coherente. Con algunas chicas se mostraba romántico, con otras retraído, con otras pánfilo y con otras desvergonzado. Era el líder en algunas relaciones personales, en algunos grupos de amigos, y era el pardillo en otros, el tontolaba. Tenía amigos que no me dejaban hablar, y amigos a los que yo aplastaba con mis discursos. Para Daniel fui un oponente verbal que le daba algo de pena; para su hermana, un oponente verbal que le daba algo de asco, pero un asco respetuoso. Con Rosa había sido un poco hijo de puta; con Ana, un calzonazos. ¿Forma de ser? No tengo puta forma de ser; no soy de ninguna manera; no sabe uno ni ser.
Fragmento de la novela Ejército enemigo, de Alberto Olmos (Barcelona, Mondadori, 2011).
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domingo, 10 de junio de 2012
Préstamo en condiciones muy favorables
La gente seguirá viviendo.
La gente que aprende y disparata seguirá viviendo.
Será engañada y vendida y otra vez vendida
Y volverá a la tierra nutritiva a arraigarse.
La gente, tan peculiar en sus renovaciones y regresos.
No puede uno burlarse de su capacidad para soportar los golpes.
El mamut descansa entre sus dramas ciclónicos.
La gente, tan a menudo soñolienta, fatigada, enigmática.
Fragmento del poema "La gente seguirá viviendo" de Carl Sandburg (traducción de Alfredo Weiss), procedente de Poesía estadounidense (Buenos Aires, Continental, 1944).
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sábado, 2 de junio de 2012
miércoles, 30 de mayo de 2012
Una paz sin olvido
LA EXPEDICIÓN, 2
Eso que con el tiempo pasa (¿se dice así?)
tiembla en las cuerdas sacudidas
suavemente, sin ningún esfuerzo, sonando
bajo un cielo que no parece posible
en un plano de eternidad.
Esa humedad atraviesa la tierra
desprevenida. Se pone esa condición
para que haya un secreto.
Quien no desee una paz sin olvido
que baje la vista, o que
levante la mano.
Poema de Antonio Méndez Rubio, del libro Siempre y cuando (Madrid, Abada, 2011).
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lunes, 28 de mayo de 2012
Pri Mamuta
Lectura en la Universidad de Sofía, dentro del ciclo "Pri Mamuta",
junto a Marii Rosen, cantante de Help me Jones
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sábado, 12 de mayo de 2012
Así de sola está nuestra generación
HIMNO TEMPORAL
Como mira el pescador la orilla
al principio de la noche, cuando el viento
lo empuja hacia el paso de la luna,
y en sí repite las figuras del tiempo
inacabable, y se exalta con la memoria
evocando el regreso
y de repente lo captura el luminoso
despertar de la presa
olvidándose así de todo, menos
del alto volumen y de la viva
fuerza del mar, arrojando
con las redes la límpida familia
en el vasto olvido...
así de sola está nuestra generación,
Dios mío. Mis palabras persuaden una patria
más lejana, de eternas ramas susurrantes
y tupidas.
Es incierta la nueva dirección.
Y, a veces, en fulgentes simulacros
se abrazan los recuerdos. Pero, ¿de qué sirve
tumbarse en el pasado? Sangre y linfa
brotan, mas incierto es el respiro.
Ruinosas tierras deberemos
cultivar. Pero hazme una promesa
de las tuyas: se abre en los días una pregunta
infinita. Fragorosas aguas las orillas
conocerán de tu talla.
Tuya, y no solo: el hombre sobrevive
a tu paz. Pero sé tú el surco
fecundo, la semilla alada, la mano colma.
Poema de Giovanni Raboni, del libro Gesta Romanorum (Vaso Roto, 2011; edición de Luca Daino y Juan Carlos Reche, traducción de Juan Carlos Reche).
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martes, 8 de mayo de 2012
Donde el Mamut
Científicos, poetas, músicos, robots: encuentros en torno a lo humano
Cuándo: Lunes, 14 de mayo de 2012, a las 19:00 h
Dónde: Aula 65, ala sur del Rectorado de la Universidad de Sofía
Poesía: Juan Antonio Bernier
Música: Help me Jones
Ciencia: Pablo Cañamares, "Segunda ley de la termodinámica"
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lunes, 7 de mayo de 2012
Un "yo" sustituido por un "aquí"
Llevar una apuesta estética hasta las últimas consecuencias entraña un riesgo que no todos los escritores están dispuestos a asumir. Consciente de que no puede ni debe dejar indiferente al lector con su último poemario, Árboles con tronco pintado de blanco (Pre-textos), Juan Antonio Bernier lo hace desde la archiconocida seguidilla de García Lorca que lo abre.
Con ella pretende, por un lado, dejar claro que este libro es fruto de una evolución lógica desde los principios estéticos planteados en Así procede el pájaro –editado hace siete años por la misma editorial–, por otro, reivindicar la importancia axial del símbolo a la hora de construir una poesía sencilla, esencial, que emplea una palabra depurada de los excesos a los que se ha visto sometida por algunos autores y que pretende indagar sin asideros firmes en la compleja interioridad de un “yo” fragmentado que experimenta, con inseguridad, las limitaciones del propio lenguaje al querer comprender el mundo que le rodea. Esta mirada es conflictiva en tanto y en cuanto el hombre ha perdido la seguridad de las verdades absolutas; por ello, el “yo” se diluye y es sustituido por el “aquí” (“Aquí: / noción aproximada sucedánea / de sujeto”), entendido como un punto de encuentro dialógico entre aquel, el lector, cuyo papel activo debe completar la percepción fragmentada que el poema le presenta, y la realidad en la que confluyen tanto el lector como la reproducción del mundo ofrecida por el sujeto. Y es en esta misteriosa intersección llamada baricentro donde juega un papel crucial el símbolo, pues a través de él se definen los tres vértices de este triángulo isósceles que es el poema, cuyas medianas son el propio lenguaje, que conforme avanza el poemario se reivindica no como un instrumento útil para acercarnos al conocimiento, sino como el conocimiento mismo: “Un brote del acorde del sentido / despierta sobre el campo. / La cara B de este paisaje / es un castillo de hiedra. / Un turista de hiedra / desenfoca su cámara; / le parece fenómeno / contribuir al noúmeno”.
Con ella pretende, por un lado, dejar claro que este libro es fruto de una evolución lógica desde los principios estéticos planteados en Así procede el pájaro –editado hace siete años por la misma editorial–, por otro, reivindicar la importancia axial del símbolo a la hora de construir una poesía sencilla, esencial, que emplea una palabra depurada de los excesos a los que se ha visto sometida por algunos autores y que pretende indagar sin asideros firmes en la compleja interioridad de un “yo” fragmentado que experimenta, con inseguridad, las limitaciones del propio lenguaje al querer comprender el mundo que le rodea. Esta mirada es conflictiva en tanto y en cuanto el hombre ha perdido la seguridad de las verdades absolutas; por ello, el “yo” se diluye y es sustituido por el “aquí” (“Aquí: / noción aproximada sucedánea / de sujeto”), entendido como un punto de encuentro dialógico entre aquel, el lector, cuyo papel activo debe completar la percepción fragmentada que el poema le presenta, y la realidad en la que confluyen tanto el lector como la reproducción del mundo ofrecida por el sujeto. Y es en esta misteriosa intersección llamada baricentro donde juega un papel crucial el símbolo, pues a través de él se definen los tres vértices de este triángulo isósceles que es el poema, cuyas medianas son el propio lenguaje, que conforme avanza el poemario se reivindica no como un instrumento útil para acercarnos al conocimiento, sino como el conocimiento mismo: “Un brote del acorde del sentido / despierta sobre el campo. / La cara B de este paisaje / es un castillo de hiedra. / Un turista de hiedra / desenfoca su cámara; / le parece fenómeno / contribuir al noúmeno”.
Por ello, Bernier ha adelgazado la anécdota del poema, reducido a mero apunte, a mera sugerencia, con la que intenta capturar una serie de sensaciones capaces de fecundar esta fértil “área de sol”. No en vano, suele hablarse del minimalismo como uno de los rasgos definitorios de su poética ("Volveremos a Delfos", "Perspectiva Nevski" o "Familia ciclista"), al que habría que añadir el cromatismo (como se observa tanto en el citado poema "Perspectiva Nevski" como en el magnífico haiku que cierra el libro: “Amarillean / porque el sol es azul / las hojas verdes”), la profundización en universos artísticos ya tocados por él como la música ("Nuestro poema" o "El poema de Fernanda") y la exploración de otros nuevos como la pintura ("Un relato pictórico causal") o la fotografía y el diseño ("Blank"), sin olvidar que, incluso en los poemas de inequívoco tono amoroso ("Anisa", "Un radiador bajo la ventana" o "No sé, quizás, supongo, pero"), en los que la anécdota es más evidente, recurre a una eficaz técnica cinematográfica o pictórica que lleva al lector a adoptar un papel activo al recomponer el sentido. Con todo, ni la sencillez ni la brevedad ni la depuración del lenguaje ni el minimalismo son el objetivo que pretende alcanzar el autor, sino la consecuencia de la búsqueda de la simple expresión, en la que se funden a partes iguales cuidado estético y pensamiento.
Reseña de Árboles con tronco pintado de blanco, publicada por Francisco Onieva en Cuadernos del Sur (número 1141, 28 de abril de 2012).
martes, 1 de mayo de 2012
Todor Todorov (Sofía, 1977)
MEMORIA NOCTURNA
frases hispanoides
fragmentos de poemas
estrofas americanas
la escarcha sobre los libros
y nosotros
con nubes ocultas bajo los párpados
espiamos a la luna
por un rulo
telescópicos y despeinados
navegamos el insomnio
como un libro prohibido
elegantemente confusos
Juan dice:
la sangre de la poesía
se decanta en una pipeta particular
hecha con el ámbar cristalino de la uva
dentro del sueño de una virgen rubia
se decanta, dice
lenta
y cuidadosamente
para que no se desborde
David susurra el secreto de la tinta
de un idioma
que se habla sólo por la noche
y extiende sus amantes como sábanas
Daniel inventa palabras
como eudemonia, euforia
eucalipto
para las que se necesitan nuevos alfabetos
técnicas, terapias
y letras
parecidas a caballos
animales esteparios
que perseguimos
en la oscuridad
luego liamos algunas palabras
y las fumamos
en lugar de abrir diccionarios
interpretamos el humo
nos perdemos en la criptografía
de significados no escritos
con los que se teje la noche
acordamos
que la literatura es para nómadas
y afirmándolo
invocamos el espíritu de de Lawrence y Eliot
y pienso
en mis amigos
frases hispanoides
fragmentos de poemas
estrofas americanas
escarcha sobre los libros
y en cómo estamos atrapados
en las frágiles horas
del pájaro
domingo, 8 de abril de 2012
La segunda vez ya no tendríamos miedo
Para resumir, quiero afirmar que nunca me precipitaré desde lo alto de una montaña mientras el abismo del sexo se abra ante mí. El amor es la muerte en vida. La falta de sexo es la ausencia de muerte en la vida, lo que conduce a la búsqueda de una muerte verdadera. Un hombre no sólo vive sino que muere y resucita, como las hojas de un árbol. [...] Asimismo, una relación sexual nos insinúa cuán agradable podría ser la muerte, pero no le prestamos mucha atención. Si pudiéramos morir dos veces, la segunda vez ya no tendríamos miedo. Es como una virgen que teme a la primera relación pero, al obtener placer, ya no teme la siguiente ocasión.
Fragmento de Diario secreto 1836-1837 (Madrid, Funambulista, 2011; traducción de Olga Volkonskaya, prefacio de Mijail Armanlinsky), de Alexander Pushkin (1799-1837).
Fragmento de Diario secreto 1836-1837 (Madrid, Funambulista, 2011; traducción de Olga Volkonskaya, prefacio de Mijail Armanlinsky), de Alexander Pushkin (1799-1837).
martes, 3 de abril de 2012
Literatura como utopía
Cuánto tiempo hace que se nos decía: "¡Construye una palabra, construye una frase!". Nos torturaban con poemas; las marcas duelen todavía en la memoria. Uno de esos poemas comenzaba: "Me encontraba en los límites de mi país...". ¿Quién era el yo y de qué país se trataba? Lo que significaban los límites se deducía del hecho del contexto, ya que quien da por buenas las reglas y entra en el juego no tira la pelota fuera del campo.
Fragmento de Literatura como utopía (selección de escritos críticos) (Valencia, Pre-textos, 2012), de Ingeborg Bachmann (1926 - 1973).
Fragmento de Literatura como utopía (selección de escritos críticos) (Valencia, Pre-textos, 2012), de Ingeborg Bachmann (1926 - 1973).
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domingo, 1 de abril de 2012
Erótica de la lectura
No me arrepiento de esas orgías de libros [...] En Viena, cuando no tenía dinero, gastaba todo lo que tenía en libros. En Londres, en los peores momentos, conseguía, contra viento y marea, comprar de vez en cuando libros. Nunca he aprendido nada sistemáticamente, como otra gente, sino por excitaciones súbitas. Siempre empezaban con que mi mirada caía sobre algo que tenía que poseer fuera como fuera. El gesto de coger, la alegría de tirar el dinero por la ventana, el transportarlo a casa o al local más próximo, el contemplar, acariciar, hojear, el guardarlo durante años, el momento de un nuevo descubrimiento cuando las cosas se ponían serias -todo eso es parte de un proceso creativo cuyos detalles secretos desconozco. Pero en mi caso nada sucede de otro modo, y por lo tanto tendré que comprar libros hasta el último instante de mi vida, sobre todo cuando sé con seguridad que nunca los leeré.
Creo que es también parte de la rebeldía contra la muerte. Nunca quiero saber qué libros entre ésos se quedarán sin leer.
Creo que es también parte de la rebeldía contra la muerte. Nunca quiero saber qué libros entre ésos se quedarán sin leer.
(1973)
De Apuntes, 1973-1984 (Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2000; traducción de Genoveva Dieterich), de Elias Canetti (Ruse, Bulgaria, 1905 - Suiza, 1994).
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viernes, 23 de marzo de 2012
Esclavos con la túnica arremangada
CRISIS, SIRVIENTE DE CIRCE, A POLIENO
"Consciente de tu atractivo, te sientes orgulloso y vendes tus caricias: no haces favores. Pues, ¿a qué viene ese pelo ondulado por el peine? ¿A qué esa cara desgastada a fuerza de tratamientos, y esos ojos lánguidos de provocativa mirada? ¿Qué proclaman tus andares sabiamente estudiados y el movimiento impecablemente acompasado de tus pies, sino que expones tu hermosura en busca de comprador? [...] Si nos quieres, pues, vender lo que me interesa, está a punto el comprador; y, lo que es más galante, si lo das desinteresadamente, haz que te quede agradecida. Pues con decirme que eres un esclavo y un pobre hombre, no haces más que avivar la pasión de quien por ti muere. Hay mujeres que vibran por la crápula y no se apasionan sino al ver esclavos u ordenanzas con la túnica arremangada. Algunas se enamoran de un gladiador o de un mulero todo polvoriento, o de un histrión que se exhibe en el escenario. Mi señora pertenece a esa categoría: de la orquesta, salta por encima de las catorce graderías siguientes y va a las últimas filas de la plebe en busca de su amor".
Rebosando de satisfacción ante tan halagadoras palabras, pregunto: "Por favor, dime: ¿no serás tú esa mujer enamorada de mí?"
La sirvienta se rió con ganas ante tan cruda salida y me dijo: "Haz el favor de no ser tan fatuo. Hasta la fecha no me he entregado a ningún esclavo y no permitan los dioses que caiga en mis brazos un candidato a la crucifixión. Si las señoras quieren besar las huellas de los latigazos, allá ellas; yo, por muy sirvienta que sea, nunca trato más que con caballeros".
Fragmento de El Satiricón, de Petronio (Madrid, Gredos, 2010; introducción, traducción y notas de Lisardo Rubio Fernández).
"Consciente de tu atractivo, te sientes orgulloso y vendes tus caricias: no haces favores. Pues, ¿a qué viene ese pelo ondulado por el peine? ¿A qué esa cara desgastada a fuerza de tratamientos, y esos ojos lánguidos de provocativa mirada? ¿Qué proclaman tus andares sabiamente estudiados y el movimiento impecablemente acompasado de tus pies, sino que expones tu hermosura en busca de comprador? [...] Si nos quieres, pues, vender lo que me interesa, está a punto el comprador; y, lo que es más galante, si lo das desinteresadamente, haz que te quede agradecida. Pues con decirme que eres un esclavo y un pobre hombre, no haces más que avivar la pasión de quien por ti muere. Hay mujeres que vibran por la crápula y no se apasionan sino al ver esclavos u ordenanzas con la túnica arremangada. Algunas se enamoran de un gladiador o de un mulero todo polvoriento, o de un histrión que se exhibe en el escenario. Mi señora pertenece a esa categoría: de la orquesta, salta por encima de las catorce graderías siguientes y va a las últimas filas de la plebe en busca de su amor".
Rebosando de satisfacción ante tan halagadoras palabras, pregunto: "Por favor, dime: ¿no serás tú esa mujer enamorada de mí?"
La sirvienta se rió con ganas ante tan cruda salida y me dijo: "Haz el favor de no ser tan fatuo. Hasta la fecha no me he entregado a ningún esclavo y no permitan los dioses que caiga en mis brazos un candidato a la crucifixión. Si las señoras quieren besar las huellas de los latigazos, allá ellas; yo, por muy sirvienta que sea, nunca trato más que con caballeros".
Fragmento de El Satiricón, de Petronio (Madrid, Gredos, 2010; introducción, traducción y notas de Lisardo Rubio Fernández).
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Lisardo Rubio Fernández,
Petronio
miércoles, 21 de marzo de 2012
Te sumas a mis recuerdos sin sumarte a mi mundo
Mis padres están vivos. Significa que yo todavía no he nacido del todo. Ellos todavía pulen poquito a poco mis hombros angulosos. Todavía vierten alma en mi pecho, que cambia su perfil, al igual que las ánforas de los antiguos griegos tomaban la forma del vino que se espesaba en su interior.
Replicaba encogiéndose de hombros el abuelo Gabaret. "De todo cuanto eres, los ojos son lo menos tuyo. La luz es como un pájaro que pone los huevos en nido en ajeno".
En cambio, el abuelo Gabaret estaba fascinado por la memoria corta de los espejos. "Ningún rastro. Ningún estremecimiento, ningún eco. Vista en el espejo, la historia es igual a cero", decía acariciando la luna brillante.
El abuelo Gabaret afirmaba: "Yo pertenezco a tu mundo, mancias", es decir, hijo mío, "pero tú no perteneces al mío. Más aún. Te sumas a mis recuerdos sin sumarte a mi mundo".
El cuerpo muerto es como un pozo, en que ya puede uno arrojar luz que nunca se colma.
Mas, de igual manera que las aves, cuando vuelan sobre los grandes mares, necesitan un pedazo de tierra para posarse, también los libros, para sobrevivir, necesitan de hombres que los lean, que levanten la tapa y los hojeen para poder respirar.
Los vivos y los muertos pertenecen al cielo y la tierra. Sólo los moribundos pertenecen por completo a la muerte.
No existe ninguna familia armenia en este mundo que no cuente con algún desaparecido, como en un remolino, en los círculos de la muerte. Así pues, uno puede rezar al pie de cada fosa común pensando que allí se encuentra algún desaparecido de su familia.
Fragmentos de la novela El libro de los susurros (Valencia, Pre-textos, 2011; traducción y notas de Joaquín Garrigós), del escritor rumano de origen armenio Varujan Vosganian (Craiova, 1958).
Replicaba encogiéndose de hombros el abuelo Gabaret. "De todo cuanto eres, los ojos son lo menos tuyo. La luz es como un pájaro que pone los huevos en nido en ajeno".
En cambio, el abuelo Gabaret estaba fascinado por la memoria corta de los espejos. "Ningún rastro. Ningún estremecimiento, ningún eco. Vista en el espejo, la historia es igual a cero", decía acariciando la luna brillante.
El abuelo Gabaret afirmaba: "Yo pertenezco a tu mundo, mancias", es decir, hijo mío, "pero tú no perteneces al mío. Más aún. Te sumas a mis recuerdos sin sumarte a mi mundo".
El cuerpo muerto es como un pozo, en que ya puede uno arrojar luz que nunca se colma.
Mas, de igual manera que las aves, cuando vuelan sobre los grandes mares, necesitan un pedazo de tierra para posarse, también los libros, para sobrevivir, necesitan de hombres que los lean, que levanten la tapa y los hojeen para poder respirar.
Los vivos y los muertos pertenecen al cielo y la tierra. Sólo los moribundos pertenecen por completo a la muerte.
No existe ninguna familia armenia en este mundo que no cuente con algún desaparecido, como en un remolino, en los círculos de la muerte. Así pues, uno puede rezar al pie de cada fosa común pensando que allí se encuentra algún desaparecido de su familia.
Fragmentos de la novela El libro de los susurros (Valencia, Pre-textos, 2011; traducción y notas de Joaquín Garrigós), del escritor rumano de origen armenio Varujan Vosganian (Craiova, 1958).
martes, 20 de marzo de 2012
No sé, algo con la imagen
Martenitsa
El primer día de la primavera me trae varias sorpresas en forma de comentarios, guiños o referencias a Árboles con tronco pintado de blanco. Gustavo Adolfo Chaves, desde Costa Rica, escribe un artículo muy afectuoso y publica cuatro poemas del libro ("Perspectiva Nevski", "La idea", "No sé, quizás, supongo, pero" y "Burgás skyline"); Enrique Cabezón, desde La Rioja, ofrece a sus lectores "Lluvia de contacto"; y Nella Bergsing, desde algún punto indeterminado de la blogosfera, realiza un análisis realmente original. A todos, muchísimas gracias.
Nota del 23 de marzo: también quiero dar las gracias a Marta Merino, quien hace ya tiempo colgó en su blog mi poema "Blank", y a Laura Gómez Palma, quien publica en su bitácora "Un joven profesor joven", "Blank" y "Lluvia de contacto".
Nota del 23 de marzo: también quiero dar las gracias a Marta Merino, quien hace ya tiempo colgó en su blog mi poema "Blank", y a Laura Gómez Palma, quien publica en su bitácora "Un joven profesor joven", "Blank" y "Lluvia de contacto".
jueves, 15 de marzo de 2012
Un tal espíritu
Descansé y, recobrado el aliento y los ánimos, me puse con todo entusiasmo y esmero a acabar aquella gigantesca estatua de Marte (...) Quiero contar un detalle que dará una idea del gigantesco tamaño de aquella obra; historieta que es divertidísima. Yo tenía terminantemente prohibido a todo el personal de mi casa que trajeran prostitutas al castillo: y vigilaba atentamente para que esta orden fuera cumplida a rajatabla. Sucedió que mi Ascanio se enamoró de una chica guapísima, y ella de él. Una noche la muchacha se escapó de su casa, dispuesta a abandonar a su madre; fue a ver a Ascanio, que no pudo convencerla de que regresara con la vieja; la chica se empeñó en quedarse; Ascanio no sabía dónde esconderla; por fin, como persona ingeniosa que era, se le ocurrió meterla en la estatua de Marte; y en la mismísima cabeza de Marte le preparó un sitio para dormir. Y allí estuvo la chica mucho tiempo; Ascanio la sacaba por las noches, sigilosamente. La cabeza estaba casi terminada y yo, por un poquillo de vanidad, la dejaba al descubierto, de manera que se veía de casi todo París. Los vecinos subían a los tejados para verla y mucha gente llegó a venir a propósito con la misma curiosa intención (...) Y como la chica que vivía en la cabeza no podía evitar que, de vez en cuando, se vieran sus movimientos, algunos de aquellos bobalicones iban diciendo que un tal espíritu había entrado en la estatua y le hacía mover los ojos y la boca como si fuera a hablar. Y muchos, espantados, se echaban a correr; y otros, más astutos, se acercaban a ver el fenómeno y acababan por reconocer que, efectivamente, la estatua movía los ojos, y juraban que allí dentro había un espíritu; no sabían que además de un espíritu había también un cuerpo perfecto.
Fragmento de Benvenuto Cellini (Florencia, 1500 - 1571), de La vida (Barcelona, Planeta, 1984; introducción, traducción y notas de Miguel Barceló).
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miércoles, 14 de marzo de 2012
Emancipación de la partitura
Yo me bullo y me meneo,
me bailo, me zangoteo,
me refocilo y recreo
por medio maravedí:
zarabullí.
*
Bullí, bullí, zarabullí,
que si me gané, que si me perdí,
que si es, si no es, si no soy, si no fui,
por acá, por allá, por aquí, por allí.
*
Yo soy títiri, títiri, tina,
flor de la jacarandina;
yo soy títiri, títiri, taina,
flor de la jacarandaina.
*
A la dina, dana,
la dana, dina,
canten y bailen
las gitanillas.
*
¡Hay, de la ñíguiri, ñigui!
¡Hay, de la ñiguiriñón!
Del Corpus de la antigua lírica popular hispánica (Madrid, Castalia, 1990).
me bailo, me zangoteo,
me refocilo y recreo
por medio maravedí:
zarabullí.
*
Bullí, bullí, zarabullí,
que si me gané, que si me perdí,
que si es, si no es, si no soy, si no fui,
por acá, por allá, por aquí, por allí.
*
Yo soy títiri, títiri, tina,
flor de la jacarandina;
yo soy títiri, títiri, taina,
flor de la jacarandaina.
*
A la dina, dana,
la dana, dina,
canten y bailen
las gitanillas.
*
¡Hay, de la ñíguiri, ñigui!
¡Hay, de la ñiguiriñón!
Del Corpus de la antigua lírica popular hispánica (Madrid, Castalia, 1990).
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lunes, 12 de marzo de 2012
Hombre que camina su cantar
PARA SIEMPRE
Desde su vuelo
------------un pájaro cae,
un pájaro que muere pájaro,
----------------------que vuela hasta el fin de su caída.
CREACIÓN
Pájaro del asombro
-------------vuela el asombro de volar.
Un hombre, en selva oscura,
----------------------canta en el camino:
-----------------------------------camina su cantar.
Poemas de Hugo Mujica (Buenos Aires, 1942), del libro Y siempre después el viento (Madrid, Visor, 2011).
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miércoles, 22 de febrero de 2012
Músculos del campo
FÁMULO
Vacas de vientre
hijos de tus bragas y bueyes de tus vacas
brabán
barras de jabón roídas por los lobos
la condición del finado
señala en el toque a muerto
la campana
músculos del campo
vacas
los mulos y aquellos bueyes
cantón.
Qué habrá de comer
quizá canguingos y patas de peces
la noche produce rüidos extraños
a hurtadillas mamar a las cabras
también a las vacas
la tierra vaca
niños que sorben
clandestinos
huevos de gallinero haciendo agujeritos
vocativos de afecto
galán
amante
querido
el señor Eliazar,
de Castellanos,
vende cebollas coloradas.
Bollo maimón
pan de farinato
cazador de tendencias
(no se empleaba entonces la palabra viento)
garbanzos torrados
piedra de manteca
lanzaban su relincho
mujeres relinchando
ese jirijeo grito de la fiesta
lítote
práctica que pertenece al pasado
insoportable hedor que produce desórdenes mentales
uno de los bueyes conoció la sangre
pendejo
costumbres livianas
vieron grupos de pobres
rastro de penuria
cuando lo encontraron
matrimonio invasivo
eran los ratones
royendo las orejas.
Poema de Francisco Ferrer Lerín (Barcelona, 1942), del libro Fámulo (Barcelona, Tusquets, 2009).
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martes, 14 de febrero de 2012
lunes, 13 de febrero de 2012
Lo que siento es lo que observo
(Limberth Rojas)
EXTRACTO DE NOVELA EPISTOLAR
Querida S.,
lo que siento es lo que observo:
el tendedero de la vecina
en orden cromático,
el sol que cae diagonal
sobre la terraza
y los pájaros que hacen círculos
alrededor de las antenas de televisión.
Jeymer Gamboa (Costa Rica, 1980), del libro Días ordinarios (Valencia, Pre-textos, 2010).
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viernes, 10 de febrero de 2012
Otras voces
A. Sáenz de Zaitegui escribió sobre Dejar atrás el agua. Nueve nuevos poetas cubanos en El Cultural.
"Son tan buenos que dan un poco de miedo [...]"
ASZ
"Son tan buenos que dan un poco de miedo [...]"
ASZ
jueves, 9 de febrero de 2012
Mi vida social
RECTIFICACIÓN, REENCUENTRO, INFALIBILIDAD
"No volveremos
a vernos. Bueno, si volviéramos
a vernos, es probable que no fuéramos
nosotros", dijo. Entonces
murió y resucitó,
pero imperfectamente.
"Te diré -me decía y con un dedo
quitaba el polvo de la lámpara, una
mosca miraba con
ojos de comisario- por qué olvido
a las personas: para
olvidar los errores que cometí con ellas.
No existen las personas,
los errores no existen".
Poema de Justo Navarro (Granada, 1953), del libro Mi vida social (Valencia, Pre-textos, 2010).
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martes, 7 de febrero de 2012
Naturaleza viva
El misterio, el hermetismo, la complejidad, o como quiera que se le llame, que más disfruto en poesía tiene mucho que ver con la simplicidad de la poesía popular. Como en esta bulería, cantada espléndidamente por Arcángel (Huelva, 1977) el pasado viernes, en el marco del Festival de Jazz de Sofía:
A mi caballo le eché
hojitas de limón verde,
no se las quiso comer.
Después del concierto comentaba con él la dificultad de imitar este tipo de poesía: un poeta no puede hacer, en una sola vida, lo que el tiempo, el pueblo (y los cantaores) han modelado en varios siglos. O mejor dicho, muy pocos lo han logrado verdaderamente (es decir, renovando desde la raíz, como Arcángel): Juan Ramón, Lorca, Alberti, entre los más cercanos.
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sábado, 4 de febrero de 2012
En El Cultural
Túa Blesa escribe sobre Árboles con tronco pintado de blanco en El Cultural:
"Trabajar en lo mínimo del discurso, haikus o formas similares, era una de las características de Así procede el pájaro*, el anterior y muy interesante primer libro, de Juan Antonio Bernier (Córdoba, 1976), y que se prolonga en esta nueva publicación. Pero lo decisivo es si a la brevedad va unida o no una intensidad en el decir y, tanto en el mencionado libro como en el presente ha de afirmarse que así es."[...]
"Trabajar en lo mínimo del discurso, haikus o formas similares, era una de las características de Así procede el pájaro*, el anterior y muy interesante primer libro, de Juan Antonio Bernier (Córdoba, 1976), y que se prolonga en esta nueva publicación. Pero lo decisivo es si a la brevedad va unida o no una intensidad en el decir y, tanto en el mencionado libro como en el presente ha de afirmarse que así es."[...]
*(Sobre Así procede el pájaro escribió Francisco Díaz de Castro también en El Cultural, aquí).
jueves, 2 de febrero de 2012
Lunas mojadas
VIII
bajan como ríos orgullosos
como amantes nuevos
comprenden lo que no existe
guardan silencio y al fin
flotan
se reflejan como lunas mojadas
se prolongan hasta el amanecer
cuando acuden al temblor
de nombrarse al oído
XVI
pasa inaugurando
creándose
el río es
ese corazón sin adiestrar
condenado a la música
Poemas de Laura Gómez Palma (Buenos Aires, 1970), del libro Fin de gira (Buenos Aires, Huesos de Jibia, 2011).
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miércoles, 1 de febrero de 2012
Una aguja de pino contra el vendaval
Conozco esa música
su tela de araña ensayada mil veces
y vuelta a desmantelar.
En ella todo lo que se entreteje
tiene su gemelo en la destrucción.
Trinar es triturar, un boceto es destino
y lo que una vez creí truncado
aun roto para siempre, alumbra en la boca.
Poema de Walter Cassara (Buenos Aires, 1971), del volumen antológico Nostalgia y otros poemas (Buenos Aires, Huesos de jibia, 2011).
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Walter Cassara
martes, 31 de enero de 2012
Estatua de ciudad
“Fui un gran viajero, pero ya no puedo, y mi gran lamento es no haber visitado Andalucía. Siempre quise ver Granada y Córdoba”.
"El gran poeta español es Góngora".
Harold Blom, en El Cultural.
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