lunes, 28 de febrero de 2011

Elisaveta Bagriana (Sofía, Bulgaria, 1893 - 1991)


Vivíamos en casas crepusculares,
en selvas de libros y paz;
extranjeros fuimos en el amplio verdor,
el sol brillaba.

Parto hacia el rocío de los campos, veo
con sus ojos nuevos al mundo;
en un pequeño día, una cuarta
creció el centeno.

Medito: crece en los días furiosos
la juventud de nuestro tiempo;
y espero que algunos años
sumen siglos.


(Últimas estrofas del poema "Sol". Traducción de José Martínez Matos, en el libro 1000 años de poesía búlgara, Lima, editorial Causachun, 1980).

2 comentarios:

Gustavo Adolfo Chaves dijo...

Una Gabriela Mistral con menos vuelo metafórico y más humanidad en sus descripciones. Cuando, hace muchos años, me topé con los versos "¿Pero acaso no hay mañanas / que dejan un amanecer eterno en nosotros?" supe que estaba en manos confiables. Gracias por este poema, Juan. Si tu blog fuera radio FM, este poema sería una complacencia personal...

Y por supuesto: Chestita baba Marta! Aquí donde me ves estoy confeccionando una martenichka para estos días.

¡Un abrazo!

Juan Antonio Bernier dijo...

Chestita Baba Marta, querido amigo! Eres el primero que me ha felicitado, y desde tan lejos.
Abrazos