
Vivíamos en casas crepusculares,
en selvas de libros y paz;
extranjeros fuimos en el amplio verdor,
el sol brillaba.
Parto hacia el rocío de los campos, veo
con sus ojos nuevos al mundo;
en un pequeño día, una cuarta
creció el centeno.
Medito: crece en los días furiosos
la juventud de nuestro tiempo;
y espero que algunos años
sumen siglos.
(Últimas estrofas del poema "Sol". Traducción de José Martínez Matos, en el libro 1000 años de poesía búlgara, Lima, editorial Causachun, 1980).