Siempre estaba acostada y daba luz. Era un cuerpo grande, blanco y perfecto. Se apagaba y prendía como una luciérnaga. Los bichitos sexuales que vivían en la pared dejaban sus hoyos y pozos e iban a sorberla por todos los rumbos. Entonces, ella irradiaba como un sol.
Pasada la adolescencia dejó de brillar. Estuvo un tiempo quieta, y luego se irguió en el día corriente y entre las cosas, dispuesta a casarse con un lobo o con un hombre.
Poema de Marosa di Giorgio, de la antología Orientales. Uruguay a traves de su poesía; estudio, selección y notas de Amir Hamed (Montevideo, HUM, 2010)
Pasada la adolescencia dejó de brillar. Estuvo un tiempo quieta, y luego se irguió en el día corriente y entre las cosas, dispuesta a casarse con un lobo o con un hombre.
Poema de Marosa di Giorgio, de la antología Orientales. Uruguay a traves de su poesía; estudio, selección y notas de Amir Hamed (Montevideo, HUM, 2010)
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2 comentarios:
linda marosa.
linda
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