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Por eso, cuando en alguna ocasión, por cualquier motivo que pudiera ser importante, pensaba en arrojarme por la ventana, y me imaginaba que superaba la barandilla alzando la pierna, en ese justo momento siempre pensé al instante que no había ninguna necesidad, y que sería un acto completamente inútil, porque vivo desde siempre como uno que nada más nacer fue arrojado en el acto por una ventana al igual que los demás, y precisamente gracias a este modo de vivir estoy la mar de bien.
Del libro Sobre la felicidad a ultranza, de Ugo Cornia (Módena, Italia, 1965), publicado por Periférica (2011)
2 comentarios:
¿Qué tal el regreso? después de cosmo tuve cosmopena jijii; te mando un beso fuerte; cuídate!
A mí me entró "cosmomorriña", como dice Odile en algún comentario.
Imagínate que el día siguiente de llegar a Sofía nevó contra todo pronóstico.
Besos, María! Hasta el próximo Cosmo del universo!
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